Entrevista a Nicolás Morás y Nancy Giampaolo: Género, geopolítica y poder

Dos periodistas irreverentes agitan el avispero contra un nuevo discurso dominante.
Son cultos, incisivos y manejan información contundente.
Ni teorías conspirativas ni indignaciones religiosas.
Abren interrogantes sobre las faceta progre del Neocolonialismo.

Entrevistamos a Nicolás Morás, conferencista, colaborador de HispanTV, Sputnik y Telesur. Quien reveló la la lista de líderes aliados de George Soros en Argentina y a Nancy Giampolo, guionista, crítica cultural, columnista de Revista Paco y KontraInfo.

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¿Cómo juegan el feminismo o la ecología en la geopolítica?

Morás: El feminismo de segunda generación y los mal llamados “estudios de género” fueron en principio una suerte de oposición controlada que transfería esfuerzos de la lucha anti imperialista durante la Guerra Fría a construcciones teóricas ultra-subjetivas que dieron lugar a lo que hoy conocemos como “micromachismo”, las guerras contra el diccionario y demás asuntos insustanciales.

A fines de los 60s, cuando la Fundación Ford financia la primera cátedra sobre género del mundo, en Berkeley, se apostó fundamentalmente a convertir a las mujeres en consumidoras seriales, objetivo ampliamente realizado en la actualidad, cuando Forbes se jacta de que representan el 70% de los gastos de consumo a nivel mundial. Pocos años después hubo un viraje policial, la CIA contrata a Gloria Steinem, el FBI logra finalmente infiltrarse en el movimiento gay, por entonces mucho más contestatario, a través de las feministas del Lesbian Caucus que al poco de arribar al frente LGBT acusan de pederastas a los fundadores del movimiento, los purgan y toman el control.

Puede dar fe Julian Assange, el creador de Wikileaks, enemigo número uno del Pentágono en su día, que vive recluido en la Embajada ecuatoriana en Londres hace 7 años.

Como los demócratas europeos no podían detenerlo (y extraditarlo) por su heroico labor periodístico le plantaron una denuncia de violación en Suecia, país pionero en el arte de quitarle las garantías a los acusados e invertir la carga de la prueba en nombre de la discriminación positiva. Casos como el suyo cuentan de a cientos.

En los 90s se internacionaliza el decálogo de género y por la cortesía de magnates como Soros, Gates y otros llegamos a la situación actual, donde el feminismo autoritario es una suerte de Religión de Estado que ocupa con su discurso monopólico las portadas de los diarios de izquierda y derecha, desde Alemania a Perú, se enseña en las escuelas, restringe o promueve series, libros y películas.

el feminismo autoritario es una suerte de Religión de Estado

Ayer leía a los de Infobae insistiendo en lo misóginos que son los países islámicos (habría que invadirlos ¿no?) y cuán machista es Putin. En la era de Obomba, digo Obama hubo veinte comunicados de la Casa Blanca en esa línea mientras la señora Clinton, ícono de la sororidad, se divertía masacrando masivamente a los libios, sirios, afganos. En fin.

¿Por qué es éste el fetiche favorito de las élites contemporáneas? 

1. Porque como te decía, convierte en un rebaño inocuo a muchos jóvenes de izquierda desde tiempos inmemoriales y desvía el foco del debate social.

2. Porque enfrenta a los oprimidos entre sí (hombres vs mujeres, heterosexuales vs homosexuales), en favor de los opresores (Sillicon Valley, Ford, Soros, Banco Mundial, etc…).

3. Porque se erige como una nueva Inquisición con retórica progresista pero los mismos efectos devastadores que la original. ¿Quién persigue a la prostitución y la pornografía ahora? Las feministas que paradójicamente quieren quemar iglesias. Pero son una.

4. Porque la legislación de género es paradigmática en cuanto a disolver la soberanía de los países donde se aplica. En base a la ley inglesa se hizo la española, y en base a la española la argentina. Los sponsors son los mismos, y las consecuencias también.

5. Porque con la destrucción de la llamada “familia tradicional” se apunta a reducir la población de un mundo cada vez más excluyente, donde la ultra-tecnificación económica destruye empleos a un ritmo acelerado y es la obsesión de los nuevos y viejos oligarcas es quitarse a la gente que sobra de encima.

Esta ola artificial de feminismo anacrónico fue precedida por otra de ecología catastrofista, que no les funcionó demasiado. Pero el fin era el mismo.

Reducir a la población, legislar la conducta, desviar el foco del debate público, aterrorizar a la gente, enfrentarla entre sí y culparla de todos los males posibles mientras las corporaciones que los parasitan deducen impuestos y hacen negocios millonarios con la causa de moda.

Giampaolo: Bueno, son dos cosas muy distintas. Acá, en mi opinión, la voz más idónea que tenemos para entender el problema ecológico es la de Jorge Rulli quien, si bien es un referente político que se ocupa y se ha ocupado de muchas otras cuestiones, tiene conocimiento directo y formación real. El habla de la soberanía alimentaria como un factor clave de la lucha por la libertad de los pueblos. La entrada de Monsanto a Argentina marcó un punto de inflexión muy negativo en la producción de alimentos, por algo en Europa tiene casi todas las puertas cerradas y gran parte de lo que consume el europeo promedio es Bio u orgánico. La paradoja es que Argentina tiene mucha más tierra que cualquier país europeo, pero comemos peor y exponemos a muchas poblaciones al efecto negativo de los agrotóxicos.

En cuanto al feminismo o más bien los movimientos de género que están financiados desde grandes bancos extranjeros, multinacionales y conglomerados de ONG y fundaciones de carácter trasnacional, la cosa es bastante clara: no hay forma de que los mismos agentes que debilitan tu economía, te endeudan con intereses irrisorios y socavan cualquier atisbo de independencia ideológica y económica que pueda aparecer, lleguen a soluciones auténticas, no al menos en los problemas sociales latinoamericanos.

Como mujer, solamente podría sentirme representada en mis demandas
por un movimiento pluralista que atienda al bien común de todas las personas y
que prescinda de la financiación extranjera y también de la financiación del
gobierno, por supuesto. No puedo luchar por mi independencia si insisto en ser
dependiente.

¿Por qué Macri capitalizó el debate por el aborto?

Giampaolo: Porque debe estar bien asesorado para seguir con las políticas que está implementando sin que se note tanto. 

El debate por el aborto fagocitó la atención popular en el momento en que asumíamos la deuda con el FMI y, de yapa, abrió una nueva grieta entre celestes y verdes, fragmentando a una masa de gente que debería unirse en el respeto mutuo para defender sus recursos económicos, humanos y naturales, además del derecho a decidir por ser madre o no.

Donde sí hubo unión es en buena parte de la dirigencia, ya que referentes de la oposición y del oficialismo lucharon codo a codo para que la ley salga, aunque al final el senado la complicó.

No se han unido con tanto celo por ninguna otra causa, algo para lamentar.

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Morás: Ante todo, porque es un lacayo obediente, un fiel reflejo de la derecha desideologizada que está fracasando en todo el mundo tanto como la socialdemocracia rescatadora de bancos.

Macri es la más perfecta definición “vieja política”.

No sólo trató de restarle protagonismo a la mega crisis que produjo, sino que se limitó a cumplir con los patrones. Con los acreedores, que son virtualmente su único apoyo.

Fijate que el FMI, el mismo que dice que no hay que recortar ayudas sociales pero sí a los beneficiarios de las mismas, estableció una cláusula difusa sobre “la necesidad de atender las problemáticas de género especialmente en las poblaciones vulnerables”.

Poco después el BID le prestó 200 millones de dólares con la condición explícita de gastar hasta el último centavo en reforzar la burocracia de género, a fin de igualarla con la europea.

Resume tantas cosas…represión y pañuelo verde. Verde Falcon.

El feminismo línea 144 promueve denunciar sin pruebas, denunciar y denunciar, y el gobierno de Macri paga la propaganda con la plata del BID, que tendremos que devolver con intereses, además. Mano dura contra los varones. Mano dura contra los negros de la villa, que como bien sabe Pepe Di Paola ni abortan ni quieren abortar. Mano dura.

Para cerrar, no fue sólo Macri, sino la totalidad de las cúpulas partidarias que como bien ilustra la lista que revelé en noviembre y ustedes reseñaron, trabajan para intereses foráneos.

Como mujer ¿Qué pensás de la verdadera relación entre los sexos?
¿Existe el patriarcado?

Giampaolo: Para lo primero puedo recomendar algunas lecturas porque es una cuestión que abarca demasiado: está lo biológico, lo cultural, lo cognitivo, lo psicológico. María del Prado Esteban Diezma, gran pensadora española contemporánea tiene muchos conceptos a los que adhiero, lo mismo con la polémica norteamericana Camille Paglia o Peggy Sastre, una filosofa francesa de mi generación, o la marroquí Lamrabet Asma y varias más. Todas piensan diferente y por cuenta propia y en esa variedad encuentro riqueza y solidez intelectual.

En Argentina, Roxana Kreimer tiene una perspectiva científica llena de puntos que me interesan. No coincidimos en todo, pero la entrevisté muchas veces con resultados geniales, la consulto cuando algún tema necesita de su pericia académica, la leo y la sigo en sus apariciones en los medios, puedo asegurar que tiene muchísimo para aportar en cuanto a la relación entre los sexos. Y con el mentado patriarcado, si atendemos a su definición histórica, es un tipo de organización social que relega al mínimo las decisiones, los derechos y las obligaciones de las mujeres.

En el presente, las sociedades patriarcales en el sentido concreto de la palabra quedaron muy reducidas y la mayor parte de las mujeres decide, tiene muchos más derechos que unos años atrás, pero también múltiples obligaciones, demasiadas, algunas sumamente injustas…

Por eso hay que reflexionar mucho a la hora de demandar algo a las instituciones o a la sociedad de la que formás parte.

Cuando vino Catherine Millet, una feminista francesa de larga data, insistió en no pedir libertades que ya se han ganado hace años y que, si no se ejercen, es por impedimentos bastante más fáciles de sortear de lo que podría parecer. En insistir con lo que ya ha sido laudado, hay una pérdida de tiempo y recursos enorme.

Podemos quejarnos y procurar abolir el machismo porque es una porquería, pero no deberíamos asumirnos victimas automáticas del patriarcado, olvidando nuestras fortalezas.

Tuvimos a mujeres con tanto brillo propio como Evita, por dar un ejemplo muy obvio, una mina que en muchos lugares del mundo es más conocida que Perón, porque año a año se renueva el relato ficcional de su historia en salas de todo tipo y con toda clase de actores. Imposible no fascinarse con una mujer de pueblo que llega al poder, sin privarse de pasar antes por el mundo del espectáculo… si eso no es empoderamiento…

Imposible, también, atribuir su mérito a Perón, Evita tenía fuerza propia. Y hubo heroínas de la gesta de San Martín que lucharon a la par de los tipos, y mujeres anarquistas, socialistas y radicales que pelearon por las otras mujeres y por los argentinos en general, hubo mujeres en la lucha armada y hubo y hay heroínas anónimas en cantidad y esperemos que siempre las haya.

Tenemos acá en casa gran evidencia del poder femenino sin la mediación de un concepto como patriarcado, falsamente aglutinante. Para mí, las mujeres que más complicadas están para salir de situaciones de opresión o subordinación son las pobres, pero buena parte del feminismo parece entender que una empresaria, un trans y una chica de la villa, son “víctimas del patriarcado” por igual.

Entrevista a Nicolás Morás y Nancy Giampaolo: Género, geopolítica y poder 04

Nancy, ¿Qué finalidad ves en el tratamiento prioritario que le dan los medios hegemónicos a la cuestión género?

Giampaolo: Perpetuar el blindaje mediático que venimos padeciendo desde hace muchos años.

Por eso es cándido a esta altura de la historia de la comunicación pensar que hay antagonismos en medios que se auto proclaman como de izquierda o de derecha, pero reciben pauta oficial y acuerdan en temas de la agenda local e internacional, ya sea por visibilización constante, como en el caso del género, o por la omisión, como en el caso de la contaminación o los desastres se vienen haciendo desde hace años con el agro, sobre los que hablamos hace un rato. Como periodista, y haciendo gala de una humildad que en realidad no sé si tengo, pero me gustaría, voy a apelar a una frase de Caterva, el libro más conocido del gran escritor cordobés Juan Filloy, que viene a cuento y nos da un cierre gracioso: “El periodismo es la chusma del pensamiento”.

Nicolás ¿Qué te llevó a investigar la intromisión de Soros en el debate por el aborto? Explicanos brevemente el entramado de poder de la Open Society Foundation en Argentina

Morás: Mirá, a mitad del año pasado ya venía indignado por el silencio sepulcral de la prensa cómplice en su conjunto hacia el intento de espionaje masivo de Bullrich.

A los pocos días se desata la crisis cambiaria, Argentina vuelve al Fondo pero mágicamente el tema prioritario en la agenda nacional pasó a ser la estatización, que no despenalización, del aborto.

Yo que en su día marché por despenalizar, no sólo caí en cuenta de que en Argentina no hay mujeres presas por abortar y que la Ley IVE funcionaba como una burda maniobra de distracción, sino que percibí al instante que había intereses coyunturales detrás del tema.

Si Cristina, Pichetto, Massa, los trotskistas y el gobierno están de acuerdo en algo y absolutamente todos los medios hegemónicos lo respaldan y toman la misma postura, sospechar es una obligación moral.

Indagando sobre los posibles promotores caí en cuenta de que casi todas las
ONGs verdes tenían vínculos con la RACI, que es una poderosa federación de
asociaciones unidas por el dinero de la Open Society de Soros.

En otras palabras, la filial encubierta de la organización de lobby más poderosa del planeta.

Amnistía Internacional, cuya filial en Argentina es miembro de RACI, pagó a través de ésta la famosa contratapa de New York Times, que cuesta según la empresa entre millón y medio y dos millones de dólares. Eso te da una Luego de meses de investigación me topé con la lista de líderes aliados de la OPF en el país, cotejé con expertos, entre ellos los que filtraron un documento similar en relación al Europarlamento en 2014. Y ya ves.

Nadie salió a desmentir nada.

¿Qué te lleva como liberal a denunciar que las “sociedades abiertas” como llamó Popper y recoge Soros son, en ocasiones, las más despóticas?

Morás: Mirá, yo lo llamo “Ley de Orwell”, en referencia al doblepensar de 1984.

En el siglo II antes de Cristo, el emperador chino Qin Shi Huangdi ordenó quemar la totalidad de los libros anteriores a él, proclamándose falsamente Primer Emperador de China y exigiendo que todos aquellos que de algún modo evocaran el antes o el después de su reinado, poseyeran libros prohibidos o se burlaran de él fueran condenados al trabajo esclavo en la construcción de la Gran Muralla.

Desde entonces es una constante histórica, universal y tristemente recurrente, esa pretensión de abolir el pasado como una forma de alternativa al presente, de simular que la actualidad es el mejor de los mundos posibles y que no hay más libertad que la que permita la hegemonía de turno. 

Desde el fin de la SGM, donde venció un triunvirato de genocidas (Imperio Británico, EEUU, Stalin) cuanto menos equiparables a Hitler, se impuso la falsificación democrática como el eje de todo el relato occidental.

El “Mundo libre” de los terroristas encorbatados que invadieron y saquearon tres cuartos del planeta, implantaron e implantan dictaduras censuran y persiguen opositores, generalizaron la psiquiatría como instrumento represivo, segregaron negros y homosexuales, encierran a cientos de miles de personas por delitos sin víctima y llevaron los impuestos, las prohibiciones y regulaciones al auge paroxístico.

Para sostener la farsa los defensores de las corporaciones oligopólicas que surgen y se mantienen por injerencia gubernamental se llaman a sí “liberales”, los delincuentes rescatadores de bancos que infunden el credo de género a expensas de la clase trabajadora, “socialistas” y así prospera el doble-pensar como una suerte de norma que rige a las benditas “sociedades abiertas” de Popper, un hipócrita intolerante que clama porque la ley acalle lo que él considera “peligroso”.

Digno maestro de Soros, que es el productor, guionista y actor de reparto en esta miserable farsa en la que vivimos.

(N. del E: En pos de fomentar el debate y la pluralidad de voces, compartimos la entrevista realizada por César
Arribas para Revista Integración Nacional, la cual no es necesariamente la opinión del presente medio)